by admin on 2023-03-23 16:50:09
La jornada aciaga en que se animó a patear la vetusta silla de plástico azul, aquella por la que nadie hubiese dado un peso, pero que, sin embargo, alguien supo poner a su lado para que se siente el que otrora fuese el dueño del paÃs, no imaginó que los efectos para él y para los suyos iban